Huella de carbono de fachadas de diferentes materiales constructivos

Antiguamente los materiales eran naturales, procedentes del entorno, simples y adaptados a las condiciones climatológicas del territorio donde se realizaba la edificación. Como consecuencia de la demanda de la sociedad y la Revolución Industrial la construcción ha cambiado su modelo, el cual implica un consumo de energía que contribuye a las emisiones a la atmósfera.

La huella de carbono se conoce como «la totalidad de gases de efecto invernadero (GEI) emitidos por efecto directo o indirecto de un individuo, organización, evento o producto».

Para calcular la huella de carbono de diferentes productos constructivos hasta la puerta de fábrica se analizan los flujos de materia y energía de las siguientes etapas: extracción de materias primas, transporte y fabricación del producto.

Para realizar una comparativa de la Huella de Carbono en fachadas hemos seleccionado los datos de las Declaraciones Ambientales de Producto existentes de los materiales más representativos en este uso (ver figura 1)

Los resultados obtenidos se muestran en la figura 2

Los paneles de vidrio se presentan como el producto constructivo de fachada con un mayor impacto en el calentamiento global, duplicando el valor del siguiente que es la fachada de paneles de acero. Le sigue, con menos diferencia en el valor, la fachada elaborada con prefabricados de hormigón. Estos tres productos estarían a la cabeza como los más impactantes en lo que a emisiones de gases de efecto invernadero se refiere.

Con valores mucho más bajos aparecen, la fachada de resinas de vidrio, la fachada de gres y ya por último la fachada de granito, que muestra la mejor huella de carbono y el menor impacto en esta categoría.

El vidrio se elabora a partir de la arena, cuyo principal componente es el óxido de silicio, también se necesitan otras sustancias como potasa, cal y otras bases. El sodio le da cierta facilidad de fusión y el calcio la provee de estabilidad química. Una vez se realiza la mezcla de los componentes debe fundirse, para ello se necesitan temperaturas que pueden llegar a los 2000ºC, posteriormente se forma la hoja de vidrio sobre un baño de estaño, proceso que se realiza a 1000ºC aproximadamente. Este proceso es muy intensivo en consumo energético de ahí los valores altos de algunas categorías de impacto.

La fachada de acero también presenta una elevada huella de carbono debido a su proceso siderúrgico donde se emplean hornos de arco eléctrico para fundir la materia prima con elevados consumos energéticos emisiones de CO2

En la actualidad la mayor parte de los productos constructivos de granito proceden de bloques que han sido aserrados con la Mejor Tecnología Disponible, como es la máquina multihilo. Estos equipos suponen una eficiencia energética muy superior a los telares de fleje que permiten obtener consumos bajos de energía por metro cuadrado.

Si las variedades de granito tienen una procedencia nacional, relativamente próxima a la industria la huella de carbono sigue reduciéndose hasta alcanzar los valores que se muestran debido a la disminución del impacto en el transporte.